Las especulaciones han señalado al vestido como el culpable de que Mariana Vicente no estuviera entre las cinco finalistas, algo que la protagonista no comparte: “Siempre el mundo busca algo que criticar pero a mí me encantó mi traje. Nunca he sido una Miss tradicional y no quería nada de brillo, quería algo fashion y distinto”, confesó al diario ‘Primera Hora’ minutos después de que Jimena Navarrete se alzara con la corona.
Mariana Vicente espera con ansia llegar a su país, el próximo miércoles, donde pasará unos días con los suyos de reflexión y reconocimiento para viajar hacia París, donde se relajará en un crucero tras la ardua preparación del certamen. “Yo siento que gané con todas las oportunidades que se me abren de ahora en adelante. Estoy bien contenta con el resultado. A través de toda la competencia he dado lo mejor de mí y he tenido un ‘feedback’ bien positivo de familiares y amigos y hasta de personas que al principio no iban por mí. Me siento orgullosa y contenta y desde aquí en adelante todo lo que viene es positivo. Desde que subí a la tarima oré y pedí que Dios me utilizara en la manera que él quisiera. Lo que logré fue gracias a Dios y mi próxima meta es continuar con mis estudios de actuación”, sentenció satisfecha.
Sin embargo, Desirée Lowry, propietaria de la franquicia de Misses de Puerto Rico, no ha sido tan comedida como Mariana Vicente: “Me parece absurdo, vimos vestidos horrorosos en las cinco, vamos a ser claros… Mariana lució preciosa con su vestido. Fue una decisión que se tomó desde junio y ella lució como un actriz de Hollywood. Yo creo que tuvo más que ver. ¿Qué pasó? Pues nunca sabremos. Definitivamente ella merece un recibimiento porque todos los puertorriqueños saben lo hermosa que lució y lo dedicada que estuvo desde el principio”, explicó.
Isayma Morales, madre de Mariana Vicente, expresó su malestar y decepción porque no dejaran a su hija para la ronda de preguntas: “Si el jurado la hubiese escuchado les hubiese robado el corazón”, concluyó.
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