A inicio de semana, el presidente estadunidense, Barak Obama, comentaba a los medios de comunicación que la misión en territorio iraquí había llegado a su fin y que para finales de agosto las tropas estadunidenses regresarían a casa, quedando sólo 50 mil efectivos que servirán de apoyo. El mandatario fue ovacionado por la resolución, así lo informó el periódico La Nación.
Obama destacó la importancia de la fecha del 31 agosto, en la que, según el acuerdo de seguridad suscrito en 2008 entre Washington y Bagdad, las tropas norteamericanas pondrán fin a las operaciones de combate. Además, prevé la retirada total del país árabe para finales de 2011.
Mientras tanto, la revista Time, en su edición del mes de agosto, causa polémica en todo el mundo por publicar en su portada la foto de una joven afgana de 18 años llamada Bibi Aisha, quien fuera mutilada de la nariz y la orejas hace un año, cuando intentaba huir de la familia de su marido.
Es posible que la portada hubiera pasado desapercibida; sin embargo, la imagen va acompañada de un texto con fuertes implicaciones políticas: What happens if we leave Afganistán (¿Qué pasa si dejamos Afganistán?); la falta de contextualización de esta frase es lo que ha desatado la controversia.
El Muslima Media Watch, un forum en internet en el que musulmanas feministas -como se autodefinen- se reúnen para hablar de la actualidad, salva el trabajo de la fotógrafa, Jodi Bieber, pero no la línea editorial.
Las mujeres de esta organización no debaten que se fotografíe a Ashia y se cuente su historia, pero lo que consideran incorrecto es que detrás de este trabajo hay "un medio estadounidense con una larga historia que utiliza las vicisitudes y las fotos de las mujeres afganas para defender una acción política", así lo declaró Sara, una de las integrantes del movimiento.
En contraparte, el redactor en jefe de la publicación, Richard Stengel, ha escrito un mensaje para explicar las motivaciones detrás de la elección. "Nuestra imagen de portada es potente, espeluznante y perturbadora (...) La hemos puesto para enseñar cuál es la situación en el terreno (...) Nuestro trabajo es aportar contexto y perspectivas en uno de los temas de política exterior más complicados de nuestros tiempos".
Cabe mencionar que el martirio de esta joven Afgana comenzó cuando tenía 8 años y su padre le había prometido su mano en matrimonio, junto con la de su hermana bebé, a otro familiar en una práctica llamada "baad", una manera de resolver una disputa entre familias rivales.
A los 16 años fue entregada al padre de su marido. Aisha ni siquiera pudo conocer a su esposo porque él estaba fuera, en los combates en Pakistán. En declaraciones de Aisha comenta: "Pasé dos años con ellos y me convertí en un prisionero", dice.
Torturada y maltratada, no podía soportarlo más y decidió huir . Dos vecinas prometieron ayudarla y la llevaron a la provincia de Kandahar, pero esto era sólo un acto de engaño. Cuando llegaron a la ciudad, sus compañeras trataron de venderla con otro hombre.
Las tres mujeres fueron arrestadas y encerradas por la policía. Aisha fue encerrada porque era una fugitiva, y a pesar de que huir no es un delito, en lugares como Afganistán sí lo es, cuando se trata de una mujer. Una sentencia de tres años se redujo a cinco meses cuando el presidente Hamid Karzai perdonó a la joven.
Con el tiempo, su suegro la encontró y la llevó de vuelta a casa. Esa fue la primera vez que conoció a su marido. Fue llevada a los tribunales de los talibanes por haber deshonrado a su familia. Un jurado dictaminó que le deberían cortar la nariz y las orejas. El acto fue llevado a cabo por su marido en las montañas de Oruzgan, donde la abandonó.
Actualmente, Aisha se encuentra bien y está en la espera de una operación de reconstrucción de rostro, que será patrocinada por Grossman Burn Fundation, una organización humanitaria californiana.
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