Tras el éxito cosechado por el iPhone 4, ha salido al mercado la versión más cara del dispositivo de Apple, que se caracteriza por su ostentosa decoración.
El teléfono, del que sólo existen dos ejemplares en todo el mundo, está decorado con oro y diamantes. El iPhone viene dentro de una caja de granito imperial rosa que pesa casi siete kilos.
Su nuevo propietario es un multimillonario australiano que ha pagado 5.700.000 euros por el teléfono, decorado por unos 500 diamantes que suman en total 100 quilates. La piedra más grande es un diamante rosa de 7’4 quilates y reemplaza al botón de inicio.
El nuevo modelo es obra de Stuart Hughes, quien se dedica desde hace tiempo a personalizar todo tipo de aparatos electrónicos por encargo de su exclusiva clientela. Entre sus obras pueden encontrarse también diversas versiones del iPad cubiertas con piedras preciosas, e incluso la consola más cara del mundo.
Hasta el momento, el iPhone con el precio más alto estaba valorado en dos millones de euros y estaba decorado con 271 gramos de oro macizo y 136 brillantes. La caja de granito en la que se presentaba tenía decoración de oro y un forro de piel nobuck.
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