martes, 27 de julio de 2010

Juicios legendarios a animales

Los juicios públicos a animales, considerados delincuentes, fueron relativamente comunes desde 1700 hasta principios del siglo XX, en Europa. No era raro condenar a unas ratas por devorar las cosechas o incluso la petición de anatema para los insectos, indica el sitio sobrecuriosidades.com

Los bueyes y los cerdos eran los protagonistas habituales de estos juicios; los primeros por embestir a personas y los segundos por matar o devorar a niños pequeños.

Durante esa época, los gatos fueron mártires por razones políticas, religiosas y morales. Incluso, hay ilustraciones de estos felinos colgados por los puritanos, quienes los acusaban de cazar ratones en domingo.

Las penas a los animales iban desde encarcelarlo hasta matarlo. Durante el juicio se llevaban testigos y, si el caso lo ameritaba, se recreaba la escena del crimen, así lo informa el sitio erroreshistoricos.com.

Cuando el animal era condenado a muerte, el verdugo hacia la ejecución en público. En Francia se encontró un documento que tenía una lista de gastos generados durante el juicio y ejecución de un cerdo, en 1403, publica quo.es. El texto decía lo siguiente:

1. Por alimentos para el cerdo encarcelado, 6 groats de París.

2. Por pago al verdugo que viajó desde París para ejecutar la sentencia, por orden del juez, 54 groats de París.

3. Por alquiler del carruaje que llevó al cerdo al lugar de la ejecución, 6 groats de París".

4. Por la cuerda para atarlo y amordazarlo, 2 groats de París y 8 denarios.

5. Por guantes, 2 denarios de París.

El sitio agvnono.com realizó una recopilación de los algunos de los juicios más conocidos a animales. Aquí las historias.

Un peregrinaje, 1447. En Dinamarca, un cerdo mató a un niño. Por este acto fue juzgado y condenado a muerte. Los dueños, vecinos conocidos por su mala conducta, fueron considerados "un mal ejemplo" para el animal y se les ordenó hacer un acto de constricción: realizaron una peregrinación a un santuario, en Alemania, para pedir perdón por sus pecados.


Un perro hereje, 1534. Un mastín portugués fue condenado a la hoguera por ladrarle ferozmente a la imagen de San José, durante una procesión.


Un monstruo, 1613. En un pozo de Montoiron, Francia, aparecieron los "restos de un bebé, mitad cerdo y mitad humano". Las autoridades locales acusaron a un campesino de ser el padre de la criatura, señalando que lo procreó junto con una cerda. Ambos fueron enviados a la hoguera.


Responsabilidad civil, 1846. Un cerdo alemán le mordió las orejas a una niña, por lo que la policía decidió sacrificarlo al considerarlo peligroso. El dueño del animal fue condenado por un tribunal a pagar una pensión "para que la menor, desorejada, se pudiera casar algún día".

Gato en arresto domiciliario. En 2006, en Fairfield, Estados Unidos, un gato llamado "Lewis" fue puesto en arresto domiciliario, tras atacar a media docena de vecinos, de la zona.

Algunas de las víctimas fueron tratadas en hospitales del área. Rachel Solveira, funcionaria de la oficina de Control de Animales, emitió un interdicto contra Lewis, que en efecto tiene prohibido salir de casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario