La vida de la estadounidense Chrissy Steltz dio un vuelco cuando sólo tenía 16 años. Una noche de fiesta, el destino se puso en su contra cuando a un grupo de amigos algo borrachos les dio por manipular una escopeta. El arma se disparó en el rostro de la entonces adolescente y el resultado fue terrible aunque no mortal: Steltz perdió sus ojos, su nariz y gran parte de su cráneo.
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Ahora, tras once años de dura lucha, un grupo de médicos ha logrado crear una prótesis que se adapta perfectamente a ella y que coincide casi en su totalidad con sus facciones anteriores al accidente. Para lograrlo usaron fotografías de entonces.
Tras el accidente, Chrissy entró en coma y permaneció hospitalizada durante seis semanas. Los médicos que la trataron consideraron un milagro que esta sobreviviese al disparo. Sin embargo, la joven no volvería a ver ni a oler y perdería parte del sentido del gusto y del oído.
Pese a la trágica noticia, Sletz afrontó su destino y decidió luchar: aprendió a leer en 'braille' y a manejarse por sí sola con la ayuda de un bastón. Además, en una de sus clases en una escuela para ciegos conoció a su pareja, con la que tuvo un hijo poco después.
Lo que más aterraba a Chrissy Steltz era que su hijo se asustara al verla. Tras la operación, la joven enseñó su nuevo rostro a amigos y familiares y ha comprobado con gran alegría que su hijo no se asusta al verla.
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