Las investigaciones de las que son objeto Maripily y Roberto Alomar son tan “delicadas” que nadie “que quiera colaborar” con este ex pelotero boricua de Grandes Ligas, ni siquiera sus propios abogados, deberían hablar con los medios de comunicación.
Así lo explicó ayer martes a Primera Hora María Velázquez, madre de esa estrella mundial del béisbol.
“No creo que haya una solución rápida para todo esto, pero no puedo entrar en detalles porque no quiero dañar las investigaciones”, señaló Velázquez al agregar que Roberto viaja constantemente de Toronto a Tampa, donde está residiendo lejos de su cónyuge.
“Se están realizando investigaciones que me hacen estar bien segura de que mi hijo va a salir bien de todo esto, completamente”, atisbó la progenitora del deportista de 42 años.
Por otra parte, una fuente allegada al ex segunda base afirmó que Maripily está confrontando problemas con las contraseñas de la residencia que compartía con su marido en Tampa, y en la que, por mandato judicial, permanecerá hasta este viernes.
“Él continúa haciendo sus actividades y sus negocios, sigue su vida normal. El abogado de él (David Maney) le dijo que no podía decir nada. Por la orden de protección, él (Alomar) no se puede comunicar para ayudar con los passwords de la casa”, detalló la fuente. Maripily no contestó llamadas de este periódico.
Por otro lado, la ex animadora televisiva sigue trascendiendo las portadas y emisiones de los medios boricuas para, aparentemente, instalarse en los miamenses.
La modelo puertorriqueña utilizó el programa de Telefutura La tijera como fotuto para quejarse de lo mucho que está sufriendo luego que su aún esposo le radicara una demanda de divorcio la semana pasada, según Dando candela (Telemundo).
“Si él con otras mujeres resuelve…”, dijo cuestionándose, en aparente referencia a la resolución extrajudicial que alcanzó Roberto Alomar con su ex novia, Ilya Dall, quien lo había demandado por supuestamente exponerla al contagio de VIH.
Una vez más, Maripily se mostró ambivalente al reiterar, sin embargo, que su “verdad nadie la va a comprar”.
Tras un año de matrimonio que había catalogado como un “paraíso”, la comerciante ponceña de 33 años anunció el pasado lunes 2 de agosto que mantenía una orden de protección contra Alomar por varios incidentes de violencia doméstica que sintetizó con la palabra “infierno”.
Por petición del abogado de la empresaria, Ricardo “Rick” Calzada, la vista para extender la orden fue movida del viernes pasado a este próximo en la decimotercera corte de circuito de Florida, en Tampa.
El licenciado dijo en SuperXclusivo que su representada contrademandaría.
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